
Quizás “Buen Camino”, título del libro que hoy presento en sociedad, para los no iniciados, refleje con escasa claridad el contenido de sus páginas. Sí, debo reconocerlo, el subtítulo, “Desde Oviedo a Santiago tras los pasos de Alfonso II, el Casto”, es algo más explícito. Podía haberlo denominado “Viaje por el Camino Primitivo”; “Camino de Santiago astur-galaico”; “Por el primer Camino de las estrellas” o cualquier otro diferente que aportase más claridad a su contenido. Sin embargo, desde el primer momento, tuve claro que “Buen Camino” es una frase apropiada, brillante y certera porque define de forma rotunda el espíritu amable y solidario que durante el viaje a Santiago impera en los romeros. Todos los peregrinos la llevan a flor de boca para obsequiar un cordial deseo hacia un buen fin. Quiero creer que esta expresión viene de antiguo, ya desde aquellas lejanas fechas en que reinó una de las grandes figuras de nuestra historia, Alfonso II, Rey de Oviedo, porque, como es sabido, allí nació y allí fue bautizado. Guerrero valeroso y audaz lleva en triunfo su enseña celestial, la Cruz de los Ángeles, desde el Nalón hasta Lisboa. Monarca piadoso y lleno de virtudes, engrandece la ciudad sagrada por las reliquias con templos magníficos y mansiones regias y, para que todo hable del fausto gótico, en el altar de San Salvador destaca la riquísima arqueta de las ágatas, preciosa muestra de la orfebrería visigoda. Sin duda hay que mencionar la joya arquitectónica que Alfonso mandó construir extramuros, hermoso templo de tres naves dedicado a los santos Julián y Basilisa; hoy conocida como iglesia de San Julián de los Prados o Santullano. Pues sí, estoy seguro que por aquellas calendas nació y se puso de moda el dicho “Buen Camino”; no en vano el buen rey Alfonso II el Casto, Rey de Oviedo, fue el primer peregrino a la tumba del apóstol Santiago. Aunque luego nos haya comido la tostada el llamado Camino Francés, gracias a que su trazado hasta Galicia por tierras de León era más suave y menos arriesgado.
Gracias por su asistencia y “Buen Camino”
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